martes, 26 de mayo de 2009

Un fin de semana largo en la Línea Noroeste

Por: Michela Izzo y Cristino Alberto Gómez

Los pasados días 2, 3 y 4 de mayo la Línea Noroeste fue teatro de una manera diferente de celebrar el día internacional del trabajador.
El grupo de facilitadores del Programa de Pequeños Subsidios (SGP/FMAM/PNUD) de las Naciones Unidas se dio cita para recorrer varios puntos en la referida región, con el propósito de compartir momentos de sana diversión aprovechando los recursos naturales y sociales de la zona, descubriendo el modus vivendi de las personas que habitan las comunidades noroestanas, mediante ocasiones de intercambio, diálogo y experiencias en conjunto con ellas.
El grupo de facilitadores es una iniciativa que el Programa de Pequeños Subsidios (PPS) ha establecido con el objetivo de formar a técnicos y profesionales de diferentes áreas del País de manera que puedan ser multiplicadores de las acciones del PPS en favor de la protección del medio ambiente y el desarrollo local, trabajando con las comunidades según un enfoque participativo, que les haga protagonistas de su desarrollo. Actualmente el grupo cuenta con alrededor de 60 personas, quienes han participado en un ciclo formativo de dos años, capacitándose en temas como Cambio Climático, Diagnóstico Rural Participativo, Agroforestería, Formulación de Proyectos Productivos, entre otros. Su acción se ha multiplicado en más de 200 talleres impartidos sobre diferentes áreas temáticas ambientales en todo el territorio nacional.
El encuentro inició en el local de la Junta de Asociaciones Campesinas Rafael Fernández Domínguez (JACARAFE) en Esperanza, donde se degustó un abundante almuerzo con productos típicos de la zona. Luego de las excelentes bienvenida y acogida brindadas por los anfitriones, el grupo de 37 personas se desplazó hacia Punta Rusia, en la provincia de Puerto Plata. La idea de gozar de un ambiente de playa incontaminado en la costa atlántica del País quedó bastante frustrada frente a las condiciones del sitio. La hermosura de los lugares resulta fuertemente afectada por la cantidad de basura y el mal manejo de la zona operado por las actividades turísticas que allí se llevan a cabo. En la noche el grupo tuvo la posibilidad de deleitarse de un espacio musical no requerido que se extendió al extremo del arrepentimiento, hasta por los más fieles devotos de la bachata, y fue interrumpido sólo con la partida de los afortunados visitantes el día siguiente. La decepción fue en parte compensada por la visita a Caño Estero Hondo, donde se pudo disfrutar de un ambiente encantador y limpio. El grupo pudo así al fin encontrarse con el agradable murmullo del silencio y un ambiente natural incontaminado, donde la búsqueda de los manatíes, cuyo habitat coincide precisamente con esos lugares, fue para algunas personas satisfecha por un ejemplar en miniatura de los mismos, que sólo sucesivamente se reveló ser un maquey, animalito de forma rara y naturaleza bien distante de los esperados mamíferos marinos. Esto dio la oportunidad a los más aficcionados a la prensa, quienes aprovecharon para grabar su primer documental acerca del encuentro.
La ponchadura de dos gomas a la misma camioneta no detuvo el grupo, el cual firmemente decidió cumplir con el programa establecido, dirgiéndose hacia El Morro, donde se pudieron apreciar al máximo las maravillas de aquel monumento natural en forma de dinosaurio que toma agua en la bella costa de Monte Cristi.
Hasta el momento la experiencia de recorrer la costa noroestana fue excelente y el grupo quiso descubrir también lo que se mueve entre las montañas de la región, dirigiéndose esta vez hacia la comunidad de Fondo Grande, en Loma de Cabrera, lo que se convirtió en el ápice del evento.
A las personas que llegaron a Fondo Grande se les presentó una acogida fantástica y encantadora, brindada por toda la comunidad, quien recibió a los visitantes con pancartas de bienvenida y decoraciones florales, leyendo seguidamente una declaración que los convirtió en huéspedes distinguidos e hijos adoptivos de la comunidad. La conmoción suscitada por la ceremonia fue interrumpida sólo por la señal que indicaba la posibilidad de satisfacer, después del hambre emocional, también el hambre estomacal. Efectivamente el mantel de la mesa ya había sido retirado para dejar espacio a la rica comida preparada por las mujeres de Fondo Grande.
Después de un sabroso almuerzo, ¿Qué mejor que un recital de décimas? Doña Carmela Luciano deleitó al público presente con su mejor reseña de la cultura fondograndera, seguida por las declaraciones de amor poético entre Mary y Luis y, para terminar, por la décima histórica sobre la borrachera de un joven de Fondo Grande, quien mantuvo su lucidez para no comer de un triste gato desaparecido en un patio de la comunidad, cuya carne le estaban ofreciendo por conejo.
El grupo completo, a pesar de los accidentes que trataban de impedirlo, se dirigió hacia el río, para disfrutar de un baño colectivo en las frescas aguas de El Remolino en el Río Manatí. En el baño se exhibieron elegantes y hermosos cuerpos, que se desenvolvieron en saltos acrobáticos así como en sesiones de modelaje y otras amenas actividades. El baño en el río fue rápidamente seguido por el baño ocasionado por un fuerte aguacero de la primera agua de mayo, que convirtió los caminos de la zona en pistas de lodo, donde los presentes se deleitaron en spas rejuvenecientes.
El aguacero no mermó sino que reforzó el entusiasmo y la alegría, mientras se escuchaban los primeros toques del Mambo Izquierdo, el grupo de perico ripiao de la comunidad de Fondo Grande, augurando el próximo calentamiento de la pista, la cual no tardó en llenarse de parejas diversificadas, que decretaron el pacto de intercambio entre los comunitarios y sus hijos adoptivos. El baile estuvo compuesto de sólo tres sets de meregues y otros ritmos típicos, como la mangulina, con apenas sesenta canciones por set. Las notas se extendieron hasta algunos minutos antes de las 15 de la mañana.
La nueva condición de hijos adoptivos hizo que el grupo de visitantes no tuviera que montar sus casas de campaña, puesto que cada uno encontró una cama acogedora en las casas de la comunidad.
El nuevo día se caracterizó por la tristeza de tener que despedirse tan temprano, cuando el deseo de todo el mundo era seguir compartiendo un espacio de hermandad y alegría. El momento fue aprovechado para establecer los lazos que formalizaran la estructura de la Red de Facilitadores del PPS, conformada por todos los multiplicadores capacitados hasta el momento.
Para terminar el día, se visitó el Monumento a los Héroes de Capotillo y luego el grupo se desplazó hacia Dajabón, para conocer las vivencias del mercado binacional, con sus peculiares colores, aromas y vaiven. Luego del almuerzo, se dio por terminado el encuentro.
La experiencia vivida, sobre todo en Fondo Grande, refleja el éxito del enfoque comunitario que caracteriza todas las acciones del Programa de Pequeños Subsidios, y que se concretiza en el real empoderamiento de las comunidades locales. El trabajo de los técnicos y profesionales se traduce en un encuentro entre personas y un intercambio horizontal con la gente del campo, quien en el proceso adquiere la capacidad de ser gestora de su propio desarrollo, insertada en un contexto de redes territoriales que fortalecen su capital social y el alcance de sus acciones.

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